Uno de los trastornos más comunes en materia de odontología, entre personas de todas las edades, es la caries dental.

La razón de la caries dental es la siguiente:

Las bacterias que se encuentran en la boca convierten a los alimentos, sobre todo a los azúcares y almidones, en ácidos. Estos, combinados con la saliva, los restos de los alimentos y las bacterias forman lo que llamamos placa, que es una sustancia de consistencia pegajosa que se incrusta a los dientes. Comúnmente, se ubica en los molares posteriores, encima de la encía y al borde de las obturaciones.

Cuando dicha placa no se remueve de los dientes a tiempo, se convierte en sarro. Tanto la placa como el sarro irritan las encías, lo que produce periodontitis y gingivitis.

El esmalte se daña con los ácidos en la placa, causando así orificios en los dientes y a los cuales llamamos caries dental.

Consecuencias

Con el debido cuidado, la caries dental puede detectarse a tiempo en un examen de rutina. Con esto puedes evitar el dolor de muela y dientes y los desagradables agujeros en ellos.

Si la caries dental se complica podrías sufrir también de fracturas en los dientes, sensibilidad dental, incapacidad de morder o absceso dental.

Recuerda que mientras más consumas carbohidratos, como azúcares y almidones, más probabilidades tendrás de sufrir de caries dental.

Prevención

Es importante que sepas también que la placa inicia su acumulación en los dientes 20 minutos después de haber ingerido los alimentos. Lo que significa que tienes este tiempo para removerla y evitar la caries.

Además del cepillado, es recomendable que prevengas la caries dental acudiendo a tu médico para que te realice una limpieza regular profesional, cada 6 meses preferiblemente, y evitando comer azúcares y almidones o por lo menos reduciendo su consumo.